Elegimos los lugares típicos para rezar y a menudo lo hacemos cuando estamos en apuros: una manera artificial e interesada cuando nuestro deseo espiritual es empujado por la necesidad y no por agradecimiento.
UN DEBATE SIN APELLIDOS,
De repente tengo este título en mi borrador «así, porque sí», ¿y que hago? por que yo de religión no se na’ de na’.
Si quieres discutir conmigo sobre política, religión y deportes... ¡Soy nulo en todo eso!Unos opinan porque «me han dicho», otros afirman porque «lo saben» y estos últimos (los más peligrosos): ¡creen!
A nivel personal, creo que una persona que cree es mucho más peligrosa de lo que en verdad aparenta ser… y cuando el debate es lo suficientemente cálido como que se «puedan ver» los vapores y la tensión en el aire, pues yo echo un pasito para atrás y si es posible abandono la conversación o incluso el lugar, porque al fin y al cabo… ¡no me interesa!
«TU CARA O LA MÍA»,
Creo que la introducción de arriba solo ha sido «un motivo» para empezar este debate y tal vez desahogarme, porque en verdad tengo unas dudas y opiniones que las iré soltando de a poco y espero que en algún momento alguien me conteste…
No me será fácil desarrollar este debate porque en primer lugar no lo domino, así que lo soltaré a nivel más … abstracto. Y después, nuestra libertad de expresión … (¿dónde está?) debo de tener cuidado lo que diré y como lo diré por si tu eres uno de los que pueda ofenderse.
VAMOS UN POCO ATRÁS,
Cuando escribo esto ahora mismo tengo treinta y tres años. Soy lo suficientemente tradicional: he visto y he podido apreciar ciertas transiciones de la vida de nuestra evolución de los últimos treinta años. Esta transición está formada en gran parte por una evolución industrial e informática (tecnológica) a nivel de vértigo: he visto la televisión en blanco y negro que tenía cinco o seis botones enormes para cambiar de canal, he escuchado música desde los casetes y también los vinilos; me han educado a base de palos, y ostias … ¡literalmente hablando! En el diccionario, o pensamiento de un niño que se criaba en los ’90 no existían las palabras: «No quiero hacer esto», «no me apetece hacerlo» – simplemente no se te ocurrían estas cosas; llámalo miedo respeto , llámalo educación …
El tema es que ibas a la iglesia «si o si» y además tenías que agradecer (darle las gracias a tu madre – o quien preparó la comida) que hayas comido, tenías que rezar todas las noches y agradecer por los alimentos comidos durante el día y pedir a Dios que cuide de ti y de los tuyos. (aún siendo un niño y sin tener ningún tipo de responsabilidad mayor) La gente rezaba en la iglesia y en la casa también sin que hubiera pasado nada grave, había que hacerlo sin excusas.
En algunas fechas señaladas tenias que abstenerte de comer carne y lácteos durante un periodo determinado de tiempo e incluso los mayores no comían nada […]
Y AHORA… ¡LA ACTUALIDAD!
Hoy vivo rodeado de tecnología punta a la que en la mayoría de veces ni tengo acceso financiera mente hablando… misma tecnología que hoy es «lo más» y mañana ya no es nada.
Se han perdido muchas costumbres, tradiciones bonitas e incluso se ha perdido el respeto hacia el ser mayor o de uno mismo. Se valoran cosas materiales antes que las que de verdad valen la pena: tener el último teléfono «mola mucho», pero llegar a casa y recibir un plato caliente echo por tu madre o por tu mujer … eso no se valora.
Tengo la sensación de que mucha gente se ha vuelto débil, sensible y todos apuntan el dedo sobre todos; nos quejamos por todo, por todo aquello que la mayoría de veces es insignificante. Nos sentimos acusados, abusados, son víctimas de todo lo que pasa pero nadie soluciona nada.
Nos reímos el uno del otro a nuestras espaldas porque no somos lo suficientemente valientes o verdaderos amigos en apoyar y decir la verdad. – es muy fácil llevar la razón a un tonto, de esta forma todo fluye: la ignorancia y la falsedad.
«SOLO ESTA VEZ, ¡NUNCA PIDO NADA!»
Es irónico, estúpido y vergonzoso … ¡pero es la verdad! Y yo me incluyo entre la masa porque a menudo olvido de las pequeñas cosas, las que realmente tengo poner valor y aprecio y no pedir clemencia cuando me veo en apuros.— «Dios ayúdame, ten compasión, sácame de esta situación, nunca te pido nada, es lo último que te pido» … y la/s más típica/s: – ¿porqué a mi?, soy un/a desgraciado/a, la vida es una mierda…
Pero pocos, o muy pocos levantan la cabeza al aire, «a la nada» o tal vez la bajen y decir sin pedir nada a cambio sino simplemente agradecer:
— «Gracias por que SOY y por que ESTOY, por que tengo y con eso me mantengo; por que amo y me aman, por que veo y me ven, por que doy sin necesidad de recibir y por que recibo cuando realmente necesito.»
DESDE SIEMPRE Y PARA SIEMPRE,
Básicamente esto era todo lo que quería comentar hoy. Espero que te haya gustado. Puedes comentar sin miedo, toda opinión me es bienvenida y me ayuda a crecer como persona y y mejorar la forma de escribir. No puedo acabar sin mi mensaje final de que ser agradecido es gratis y no hay que pedir nada a cambio o buscar a Dios cuando estas mal ni tampoco tienes que ir a la iglesia para hacerlo. Cuando haces algo, hazlo de corazón sin importar el momento ni lugar: es el mejor acto que puedas hacer y reemplaza todas tus plegarias en la iglesia cuando en verdad nunca vas por voluntad sino por necesidad.
Las desgracias vienen y se van y al final el tiempo lo curra todo; lo importante es aprender de cada experiencia y sobretodo hacer las cosas correctamente.
— Comparte tu tiempo con todos aquellos que aprecian tu presencia y con aquellos que muestran una sonrisa inocente cuando te vean.
— Comparte lo que tienes con el necesitado y no esperes nada de el. Si lo haces de forma pura, ¡la vida misma te lo recompensará!…
Imagen de portada desde Pixabay